jueves, 7 de mayo de 2009

LA FALACIA DE LA REFORMA DEL MERCADO LABORAL

Son muchos los que se empeñan en formular el abaratamiento del despido como asunto clave para la solución de la crisis.

En una época de crisis, donde la economía está en caída libre. El abaratamiento del despido ahorraría costes a la empresas, permitiendo a un porcentaje de ellas evitar su cierre, cosa que es cierta. Y aducen, principalmente, que disminuyendo el "miedo" del empresario a la hora de contratar, por los costes del despido, incentivarían el mercado laboral y la contratación.

Sin embargo, no se tiene en cuenta que aquellos empleados despedidos con indemnizaciones más bajas no tendrían margen de maniobra para pagar sus gatos y deudas (hipotecas y créditos personales). Con lo que el consumo descendería drásticamente, llevando a una situación crítica el previsible descontento social. Para frenarlo, para evitar la caída de la actividad y la completa pérdida del poder adquisitivo de los despedidos, el estado se vería obligado a aumentar las prestaciones, añadiendo, en definitiva, más presión a la población activa.

Por otra parte, si la causa de la crisis es una caída del consumo debido a la pérdida de poder adquisitivo de la población, difícilmente se va a recuperar la economía haciendo que pierda todavía más poder adquisitivo.

SOLUCIONES: ¿No sería más indicado disminuir la presión fiscal a la contratación, el IRPF, hacer más sencillos los trámites para la creación de empresas y fomentar la vuelta de la industria externalizada?

LOS GOBIERNOS HAN PERDIDO EL CONTROL

Y lo dice Nassim Nicholas Taleb, escritor y profesor de matemáticas financieras en la Universidad de Nueva York.

Los gobiernos han perdido completamente el control del sistema económico, que se mueve con absoluta libertad, para alegría y sonrojo de los liberales más extremistas. Las medidas de inyección de capital en el sistema apenas están frenando la caída, y están, por otra parte, lastrando el futuro, endeudando a los estados hasta límites nunca antes conocidos.

Cuando, después de inversiones de cientos de miles de millones de euros y dólares apenas logran pequeños descensos en la alarmante subida del desempleo, los presidentes de los gobiernos se felicitan y creen ver la salida del túnel en esa leve disminución de los índices negativos.

Es impresionante la desproporción entre el esfuerzo enorme realizado de inversión pública y los resultados obtenidos. Si no se soluciona la crisis productiva, si no se vuelve a crear un tejido industrial, difícilmente saldremos de la crisis.

Aún resulta más sorprendente la afirmación de los economistas que defienden el liberalismo económico proponiendo que se eliminen por completo las barreras: ¡MÁS LIBRE MERCADO! Y que no lo regule nadie... Es obvio que se ha demostrado lo bien que se regulan solos los mercado de bienes y servicios y los de capital... teniendo en cuenta que estamos ante la peor crisis en más de 50 años...